¿Una Caja Vasca o un gran Banco?

La penúltima batalla por la fusión de las Cajas vascas ha concluido con un ridículo sonado de los promotores del actual modelo de fusión a dos. Han sido muchos los intentos realizados en los últimos años y todos han tenido como elementos comunes, la falta de explicación de los objetivos que se perseguían con la fusión y la disputa política entre PSE y PNV por el control de los órganos de gestión. Control ¿para qué? ¿Para administrarlas como la prolongación financiera del PNV?. ¿O para fijar, de la mano del PSE, el rumbo hacia una reforma de la Ley de Cajas española que propicie fusiones a lo Esperanza Aguirre entre comunidades españolas?.

Unos y otros acostumbrados a hacer de su capa un sayo de las administraciones que gestionan pretenden hacer lo mismo con la fusión de las cajas. Si hacerlo a dos supone que refuerza mis intereses de partido adelante, si hacerlo antes de las elecciones no me interesa, me opongo.

Nada que ver con una reflexión necesaria del papel que las cajas de ahorro deben jugar en el actual momento económico y el objetivo de la vertebración social y territorial de Euskal Herria.

En el fondo lo que ocultan las disputas sobre la oportunidad política o la correlación de fuerzas en los órganos de gestión es un acuerdo mas o menos explícito en el papel que las cajas tienen que desempeñar en la actual situación, en el modelo prepotente de tratar las finanzas y los asuntos públicos y en los derroteros españoles de las fusiones. ¡Cómo si lo hubieran hecho tan bien en los últimos años!. ¡Sorpresas nos dará la vida!. ¿O es que no se creen que sus políticas económicas y sociales de apoyo al gran capital están en el origen de la actual bancarrota del modelo neoliberal, de la especulación inmobiliaria, de jugar a la ruleta con nuestros ahorros?. Ellas, las Cajas, también lo han hecho.

La única razón que nos han dado estos días para apoyar su modelo de fusión ha sido que una Caja mas grande, con mas reservas, puede actuar con mas garantías a la hora de abordar grandes proyectos. ¿Hablamos de una Caja Vasca o de un gran banco?. ¿Hablamos de la grandeza de las grandes obras, de infraestructuras, de corporaciones privadas de la energía, de la expansión mas allá de nuestro territorio, de grandes operaciones inmobiliarias mas acá y mas allá, un gran banco en definitiva por su modelo de gestión, inversiones y expansión?. Si la grandeza se mide a lo Lehman Brothers, Merrill Lynch, Fannie Mae, Freddie Mac, AIG, ect. ect. que no lo hagan en nuestro nombre.

Alto y claro. Con fusión o sin ella el papel que las cajas deben cumplir es la de participar con la administración pública y los agentes sociales en la vertebración social y territorial de Euskal Herria y esto no es un brindis al sol, es de justicia para una sociedad vasca que necesita que el ahorro que genera revierta en interés colectivo y personal. Mas allá de realidades jurídico políticas hay posibilidades, formas de colaboración, inversiones estratégicas, cambio del marco competencial, acumulación de fuerzas, en cualquier caso mas factible que los márgenes de la Ley de Cajas española. Voluntad política es lo que se necesita.

En momentos en los que está en cuestión el entramado financiero surgido con el neoliberalismo y la expansión de las inversiones de riesgo, necesitamos un sistema financiero vasco en el que las Cajas de Ahorro Vascas sean hoy por hoy la columna vertebral, que tenga y pueda hacer oír su voz en Europa.

Necesitamos que las Cajas Vascas actúen al unísono en defensa de nuestros sectores de futuro:

El Sector Primario, para financiar y apoyar una producción sostenible, de valor añadido, que avance en nuestra soberanía alimentaria, en el apoyo a las y los productores, a la comercialización directa...

El sector industrial, para a través de una política crediticia y de inversiones desarrollar nuestro tejido productivo, tanto de sectores estratégicos como apuestas por la Innovación, la cualificación y el valor añadido. El apoyo básico a la pequeña y mediana empresa.

Necesitamos que las Cajas Vascas inviertan la mayor parte de sus beneficios en la Obra Social. No en campañas de imagen ni en publicidad camuflada. Eso no debe pagarse con dinero de la Obra Social. Por ejemplo un Plan estratégico en colaboración con la administración pública de desarrollo de servicios socio comunitarios, promoción de la vivienda de alquiler, posibilitar el acceso a la vivienda de las personas jóvenes, desarrollo de nuestras señas de identidad lingüística y cultural...

Exigimos que las Cajas Vascas ejerzan una discriminación positiva en función de los ingresos disponibles de las personas, que deje de penalizar a las personas menos solventes, que haga en definitiva una gestión de sus recursos para compensar las desigualdades sociales y no para perpetuarlas. Acceso a los créditos, intereses bajos...

Exigimos para las trabajadoras y trabajadores de las Cajas unas condiciones de trabajo dignas y empleo de calidad. Hay que acabar con la temporalidad, la subcontratación de cada vez mayor número de funciones necesarias para el funcionamiento de la caja, el uso y abuso de personas becarias, el prestamismo laboral...

Para hacer todas estas cosas necesitamos que las cajas vascas se pongan a trabajar conjuntamente, que democraticen sus órganos de gestión y que las asambleas tengan un papel mas activo, mas claridad y menos clientelismo y opacidad.

Que realicen un protocolo de fusión en el que se aborden los objetivos estratégicos de las mismas y los compromisos que se adquieren.

Para todas estas cosas, la fusión de las Cajas Vascas es un objetivo tan necesario como conveniente. ¿Alguien está dispuesto a hablar en serio de ello?.