La refinería Petronor se autorizó mediante Decreto en 1968, y fue construida sobre las marismas de Muskiz, entonces una de las más importantes de Euskal Herria, a escasos metros del centro urbano y ha estado funcionando 40 años sin licencia de actividad. Petronor ha sido ampliada en seis ocasiones desde su construcción y ha sido objeto de numerosas denuncias vecinales por irregularidades legales en sus procedimientos de autorización y funcionamiento, ha sufrido constantes incidentes y ha provocado daños ambientales y afecciones a la salud. Dos terceras partes del terreno que ocupa esta empresa del grupo Repsol, están situados sobre suelo de Dominio Público Marítimo-Terrestre, sujeto a una concesión de Costas para 30 años (otorgada en 1982, 14 años después de iniciar su actividad), cuyo plazo es improrrogable y finaliza en el 2012. La ley de Costas exige revertir esos terrenos a las características y condiciones iniciales en las que le fueron concedidas.
A nadie se le escapa que, con el final de la concesión en un horizonte próximo, si se decidieron por una nueva ampliación, una planta de coque altamente contaminante, era porque había trabajo de trastienda y compromisos inconfesables para darle algún tipo de “salida”, cuya vertiente política estaba encomendada al PNV de Josu Jon Imaz (mal ejemplo para la juventud y peor para las vecinas y vecinos de Muskiz y Abanto). El PSOE y el PNV han pactado, a espaldas de la ciudadanía, una enmienda a la Ley de Economía “Sostenible” que reformará le Ley de Hidrocarburos para permitir que las refinerías “tengan derecho” a prorrogar sus concesiones en dominio público costero, incluso después de que hayan vencido sus permisos.
La justificación alegada para tal afrenta es la de que Petronor ejerce una actividad estratégica para la economía de “este país”, que traducido al vocabulario locuaz del diputado Bilbao significa una “vaca que da mucha leche”, como si ello fuera ya razón para anular el derecho a la salud y a la defensa del medio ambiente.Poco les preocupa la incidencia de la contaminación en nuestra salud, aunque los mapas de mortalidad elaborados por el Departamento de Sanidad evidencien que en Muskiz y Abanto tenemos un exceso de mortalidad por cáncer y enfermedades cerebro vasculares, y un exceso de mortalidad de un 14% para los varones y un 12% en el caso de las mujeres, respecto a la mortalidad del conjunto de la CAPV. Evidentemente, ni Jose Luis Bilbao, ni Josu Jon, quieren vivir con sus familias a escasos metros de una refinería. Cuestión de clases.
En la enmienda admiten que la actividad de Petronor, continúa contaminando y degradando el medio en que se ubica, pero lo hacen como argumento tendencioso para su continuidad puesto que “su entorno ya está suficientemente degradado”. Lo que deberían hacer es pensar en el estudio de una reubicación de la refinería, y que fuera sufragado por los beneficios obtenidos por Repsol y la administración por esas actividades que han degradado nuestro entorno y nuestra salud. Este caso es otro ejemplo de cómo los partidos políticos en el poder aplican la doctrina capitalista neoliberal, ocultando la naturaleza destructiva de esas decisiones bajo la expresión desfigurada de "desarrollo sostenible" o “economía sostenible”. Este modelo reaccionario sólo busca un mayor crecimiento para sus propios intereses privados.
La izquierda abertzale, aplaude la ejemplar labor del movimiento ciudadano aglutinado en la coordinadora anticoke y respalda las conclusiones principales extraídas del debate y lucha impulsadas por la misma: la falsedad de la creación de empleos con la que quisieron justificar esa planta, ya que ha aumentado de forma muy importante el desempleo desde que comenzaron las obras del coke hasta hoy. Además denunciamos la impunidad e irregularidades de la actividad de Petronor, y es por ello necesario que los ayuntamientos hagan seguimiento y control de la refinería y sus límites de contaminación. Y por último, se constata que hay una clara sensibilidad popular contraria a la concesión, siendo hora de ofrecer alternativas a la actividad petroquímica de Petronor y de elaborar un plan integral de regeneración de la comarca.
Continuamos viviendo como un pueblo dividido entre dos estados y tres administraciones distintas, sin estructuras institucionales y políticas propias, y sin facultad de organizar y gestionar nuestro territorio, nuestra economía, nuestros recursos naturales de acuerdo con nuestras necesidades. En el camino hacia la independencia es imprescindible seguir con la defensa de lo que es nuestro y de lo que nosotros y nosotras necesitamos. Debemos preservar el futuro de nuestros-as hijos-as y, por ello, hay que responder en la calle socialmente. Por todo esto, la Izquierda Abertzale llama a acudir y participar en la manifestación convocada por la coordinadora anticoke este sábado 12 de febrero en Muskiz.